Hasta hace un año al sentir que venían estos días, me inquietaba el hecho de que quería ver mucha gente celebrando junta. Pero como muchas cosas han cambiado estos úlitmos meses, lentamente mi forma de pensar también lo ha hecho, y al sentir este aire de septiembre visualizaba otras imágenes: presentaciones diversas con lo que se ha vuelto mi mundo feliz (el trabajo con las niñas del colegio), juntarme a cantar, reír y jugar con la gente que quiero del coro, pero por sobre todo estar y compartir cantos de esos que la tierra nos ha regalado con las personas que más importantes para mi: mi familia entendida como el núcleo con los que vivo. Sin penas ni pensamientos por los que ya no están cerca, sólo disfrutar con ellos y hacer que para cada uno fuese unos días alegres, que no se necesita nada más para hacer de estas fechas algo especial. Personalemente siento que lo único que extrañé este año fue los cantos con la voz de la que estando lejos igual bailó la cueca... sólo por ella un poco la pena de no tenerla más cerca. Pero nunca un año es igual que otro, y creo que lo aprendido estos días es lo que más me deja para decir con toda certeza y verdad:
FELICES FIESTAS PATRIAS
FELICES FIESTAS PATRIAS