sábado, abril 30, 2011

Susurro al viento

He decidido obligar a mi mente a que retome las palabras olvidadas y los sentimientos postergados por vivir una apariencia de vida agitada y sin pausas.


Y la obligo luego de una pregunta inquisidora que sin ser esa su intención, ha vuelto a dejar desnuda la peor de mis verdades: la extremada soledad que me envuelve si de mi lado quito el yugo del trabajo.

Y la principal queja la hace el alma inquieta que siente marchitar su esencia amigable y que busca una caricia, un soplo de amor, un momento de encuentro. Y en honor a ella hoy he decidido obligarme a expresarlo, con la secreta esperanza de que esta soledad instalada hace tanto tiempo, se retire antes que sus raíces impidan al corazón sentir y hablar.

Antes del marchitar y el dormir los sentires, un nuevo susurro al viento para regar la esperanza de que un cambio llegará.

Aquí encontrarán parte de mi historia, parte de lo que soy, algo de lo que vivo día a día...