La vida es bella... pensar que ese era el título de una película ambientada en plena segunda guerra mundial.
La vida era bella en esas escenas llenas de peleas y muertes injustas, la vida era bella en un campo de concentración donde un niño vivía escondido para que no lo matasen. Y pese a todo, el niño veía la vida bella porque el padre supo darle otro sentido a lo que les pasaba, para que él no sufriera.
Una película, irreal dirán muchos. Pero si pensamos un poco hay mucho de verdad en lo que ahí se mostraba. La vida no es sólo lo que nos pasa creo yo... va más allá de un par de sucesos. La vida es también como nosotros la vemos, como aceptamos los desafíos que se nos van presentando, en el cómo tomamos lo bonito que pasa para seguir adelante... qué color escojo para mirar el amanecer cada día.
Y tarde o temprano lo que vivamos nos hará sonreír.
Muchas veces termino el día triste y cansada, pensando en todo lo malo que me pasó en ese día. Y me acuesto enojada esperando que el sueño se lleve las penas. Esos días sin duda hubiesen sido mejor si al levantarme me hubiese repetido el título de la película: "la vida es bella". ¿Por qué cuesta tanto entenderlo?
Ahora miro estas fotos... la sonrisa del Nehuén, sus ojos inocentes y tiernos que llenan de alegría la casa cada vez que se escuchan llegar sus pasos. El Pancho con su polola en su cumpleaños, un día lleno de alegres cantos y comida en una mesa familiar. La Ruth con Óscar viviendo ambos su nueva vida juntos luego de años de difícil distancia. Parece que siempre hay algo que nos hace sonreír, parece que la vida siempre nos da luces para decir que estamos llenos de cosas bellas y que sólo basta con saber descubrirlas y agradecerlas todos los días.
Que nunca las penas sean más grandes. Ojalá que siempre sea capaz de mirar en todo lo bueno que se nos regala. Bueno, y si algún día se me olvida tendré que leer esto que escribí un día de noche y volver a convencerme que la vida es bella.
La vida era bella en esas escenas llenas de peleas y muertes injustas, la vida era bella en un campo de concentración donde un niño vivía escondido para que no lo matasen. Y pese a todo, el niño veía la vida bella porque el padre supo darle otro sentido a lo que les pasaba, para que él no sufriera.
Una película, irreal dirán muchos. Pero si pensamos un poco hay mucho de verdad en lo que ahí se mostraba. La vida no es sólo lo que nos pasa creo yo... va más allá de un par de sucesos. La vida es también como nosotros la vemos, como aceptamos los desafíos que se nos van presentando, en el cómo tomamos lo bonito que pasa para seguir adelante... qué color escojo para mirar el amanecer cada día.
Y tarde o temprano lo que vivamos nos hará sonreír.
Muchas veces termino el día triste y cansada, pensando en todo lo malo que me pasó en ese día. Y me acuesto enojada esperando que el sueño se lleve las penas. Esos días sin duda hubiesen sido mejor si al levantarme me hubiese repetido el título de la película: "la vida es bella". ¿Por qué cuesta tanto entenderlo?
Ahora miro estas fotos... la sonrisa del Nehuén, sus ojos inocentes y tiernos que llenan de alegría la casa cada vez que se escuchan llegar sus pasos. El Pancho con su polola en su cumpleaños, un día lleno de alegres cantos y comida en una mesa familiar. La Ruth con Óscar viviendo ambos su nueva vida juntos luego de años de difícil distancia. Parece que siempre hay algo que nos hace sonreír, parece que la vida siempre nos da luces para decir que estamos llenos de cosas bellas y que sólo basta con saber descubrirlas y agradecerlas todos los días.
Que nunca las penas sean más grandes. Ojalá que siempre sea capaz de mirar en todo lo bueno que se nos regala. Bueno, y si algún día se me olvida tendré que leer esto que escribí un día de noche y volver a convencerme que la vida es bella.