No supe decirme cuando había olvidado sonreír y disfrutar de lo que tan cerca tengo y tan poco valoro. Y retomando la mano de este niñito tan indefenso que nacía, la paz llegó y junto con ella la sonrisa sincera, el cariño legítimo. Aún quedan resquicios de las ideas preconcebidas de como habrían sido estos días, pero que más queda que vivir lo que toca, que es algo igualmente lindo y lleno de gente que amo cada día y en cada momento.
Este año, sin penas ni rencores, pude dar abrazos y decir de verdad feliz navidad...
jueves, diciembre 28, 2006
Fiestas a flor de piel
martes, diciembre 05, 2006
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Aquí encontrarán parte de mi historia, parte de lo que soy, algo de lo que vivo día a día...