Tocan mi puerta. Al abrirla sólo siento el viento en mi cara y unas cuantas gotas de esa lluvia que se avecina. La cierro sintiéndome tonta de haber creído oír que llamaban. No alcanzo a dar dos pasos y nuevamente escucho que la tocan. Ahora si estoy segura, alguien está del otro lado de la puerta. Abro y al no encontrar persona alguna intento descifrar ese extraño llamado. Pero no es necesario, al mirar con mayor detención veo unos ojos que me miran ocultos entre los arbustos bajo los naranjos de mi jardín. Al pestañear ya no son dos ojos, son cuatro... ocho... doce...
Esa sensación es la que he vivido estos días. Luego de varias veces de preguntar: ¿acompañarás a la actividad solidaria del sábado... del domingo? no me quedaron más posibilidades que aceptar, tomar la guitarra y mi mejor ánimo para partir a unas casas llenas de rostros dolientes pero ansiosos de una sonrisa, una palabra que llegase hasta los recuerdos más felices de sus vidas.
Encamino mis pasos al encuentro con este Cristo real, ese que olvidamos tan fácilmente mientras nos sumergimos en nuestro propio mundo. Basta un alto para descubrir que está ahí esperando, paciente, callado, tras unos ojos perdidos en los recuerdos de un pasado joven, lejano. ¡¡Ayúdame Señor!!, es lo que grito por dentro mientras mis manos se estrechan con esas ásperas y cansadas manos, partidas por el paso de los años. Y grito porque no se qué palabras saldrán de mis labios en ese momento de encuentro, busco en mi mente la pregunta precisa que abra ese mundo tan celosamente guardado por el corazón del hombre.
Es la música mi mejor aliada esa tarde porque al parecer una tonada o una ranchera de las que aprendí de chica son la mejor palabra para sacar una sonrisa de todos esos rostros, incluso algunos mueven sus labios y de sus bocas brotan melodías y frases, las mismas que yo canto. Emoción en mi piel, de mis labios una sonrisa sincera crece y la dejo expresarse libre. Aunque sea por un par de horas muchas personas hemos regalado alegría y hemos recibido a cambio un regalo aún mejor: el rostro de Cristo hoy día, vigente... necesitado y doliente, pero al mismo tiempo humilde y alegre de haber encontrado en varias puertas la acogida favorable a su llamado este día invernal.
Esa sensación es la que he vivido estos días. Luego de varias veces de preguntar: ¿acompañarás a la actividad solidaria del sábado... del domingo? no me quedaron más posibilidades que aceptar, tomar la guitarra y mi mejor ánimo para partir a unas casas llenas de rostros dolientes pero ansiosos de una sonrisa, una palabra que llegase hasta los recuerdos más felices de sus vidas.
Encamino mis pasos al encuentro con este Cristo real, ese que olvidamos tan fácilmente mientras nos sumergimos en nuestro propio mundo. Basta un alto para descubrir que está ahí esperando, paciente, callado, tras unos ojos perdidos en los recuerdos de un pasado joven, lejano. ¡¡Ayúdame Señor!!, es lo que grito por dentro mientras mis manos se estrechan con esas ásperas y cansadas manos, partidas por el paso de los años. Y grito porque no se qué palabras saldrán de mis labios en ese momento de encuentro, busco en mi mente la pregunta precisa que abra ese mundo tan celosamente guardado por el corazón del hombre.
Es la música mi mejor aliada esa tarde porque al parecer una tonada o una ranchera de las que aprendí de chica son la mejor palabra para sacar una sonrisa de todos esos rostros, incluso algunos mueven sus labios y de sus bocas brotan melodías y frases, las mismas que yo canto. Emoción en mi piel, de mis labios una sonrisa sincera crece y la dejo expresarse libre. Aunque sea por un par de horas muchas personas hemos regalado alegría y hemos recibido a cambio un regalo aún mejor: el rostro de Cristo hoy día, vigente... necesitado y doliente, pero al mismo tiempo humilde y alegre de haber encontrado en varias puertas la acogida favorable a su llamado este día invernal.
3 comentarios:
A mi me paso lo mismo...revivo contigo y te pido a que mas adelante hagamos algo para acompñarlos con nustra musica.
Quieres? si no querí...da igual...te obligo...jajaja
te rete amo
la bolloca
Bello escritura... y muy sentidas tus palabras.
Gracias por compartir tus dones con esos ojos de Jesús vivo, hoy entre nosotros.
Un abrazo, sor Bro.
TE rete amo
hoy la virgencita de ludde te manda muchos cariños...y yo le di las gracias por tenerte a mi lado.
Publicar un comentario