Al día siguiente amanece sin amanecer. Tal cual mi alma triste de esta mañana. El sol aparece sin duda pero no se observa directamente. La niebla espesa lo oculta, y sus rayos no alcanzan ni para entibiar ambientes ni el corazón silente de quienes han mimetizado con el día. La luna oculta también bajo las nubes tampoco se deja ver en este amanecer. No hay astros, no hay rayos de sol, no hay blanco matizando el cielo.
Amaneceres diferentes.
Amaneceres que dan matices a los días de invierno.
Amaneceres que entienden claramente las constantes variaciones de la vida de seres que transitan por los días buscando reír y llorar. Buscando el equilibrio y la belleza en cada amanecer distinto que se ofrece al despertar.
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