


pero ya los días y semanas pasarán rápido para que podamos volver a abrazarnos, cantar y sentarnos juntos todos otra vez.



A veces se pasan los días tan rápido al centrarse en el trabajo, en lo que tengo que hacer y tantas cosas que a uno le van copando los momentos de un día. Y cuando me acuesto pienso que así me gusta estar, porque estoy haciendo lo que me gusta, y creo no perder el tiempo. Pero pasa también que la pausa es necesaria. Es en calma cuando te das cuenta que no todo es trabajo, y que se avanza en el calendario y algunos rostros se van alejando por rellenar 24 horas con casi todo menos con algo muy simple: una llamadita por teléfono, un mail, una visita.
Y ya que me detuve a pensar y a agradecer por mis amigos, miro el reloj y ya casi son las 12 de la noche y comienza un día nuevo. Miro el calendario y algo me dice que pasa algo hoy. Por suerte no tengo problemas de memoria y lo recuerdo claramente... ¡¡Uy, es el cumpleaños de la Verito!!, ¡¡no se me vaya olvidar llamarla!!. Talvez la sorprenda si publico en mi blog el saludo que no seré capaz de decirle a la cara por ser tan cobarde con los sentimientos.


Trabajar con las manos arando la tierra es esfuerzo que al pasar el tiempo se refleja en un rostro oscuro y seco por el sol...