Sobre el frío suelo del mundo, lloran unos ojos inocentes.
Son abrazados por la soledad muda,
única compañera que se hace presente
mientras todo lo demás se aleja rápidamente.
Una boca trémula se escucha gritar
en medio de los pasillos olvidados.
En sus palabras se siente una ternura sobrecogedora
pero que no es suficiente para derretir el hielo de las paredes.
Sobre el silencio de su soledad
repican negativas respuestas ante las preguntas que de su pecho brotan.
La mirada se enfría,
la voz ya no se escucha.
Las manos inmóviles han soltado la última esperanza.
Ahora entre la vida olvidada de los hombres
yace la silueta de un rayo de luz
perdido en el frío mundo moderno.
1 comentario:
olas!! aqui pasanduh
para dejarle mis ZaaLuuDiitoos!!
cuidese arto besos y cariños
xaitom francisca!!
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