Momento de hacer una pausa

A veces se pasan los días tan rápido al centrarse en el trabajo, en lo que tengo que hacer y tantas cosas que a uno le van copando los momentos de un día. Y cuando me acuesto pienso que así me gusta estar, porque estoy haciendo lo que me gusta, y creo no perder el tiempo. Pero pasa también que la pausa es necesaria. Es en calma cuando te das cuenta que no todo es trabajo, y que se avanza en el calendario y algunos rostros se van alejando por rellenar 24 horas con casi todo menos con algo muy simple: una llamadita por teléfono, un mail, una visita.
¿Quienes son esos rostros? Incluso llego a escandalizarme al pensar: hace un mes que no hablo con ella, hace 2 meses que no lo veo... Rostros que eran tan habituales se van desfigurando hasta que paramos y nos decimos: basta, juntémonos por favor antes que ya no nos reconozcamos.
Y parece que al vernos nuevamente el tiempo se detiene. Las semanas van pasando la cuenta cuando allí sentados con un helado en la mano volvemos a conversar y a reír, y a saber que pese a las nuevas vidas, aún estamos ahí, aún están ellos ahí y podemos decirnos todo, y pensando que nada se nos vaya a quedar en algún rincón... tavez lo que más siento de no estar siempre con ellos es el a veces perderse momentos importantes para cada uno y tener que esperar y contener la alegría o la pena para poder sentir la mano cariñosa que necesitaba.
¿La lección? Seguir con la vida, claro está, pero no dejarse llevar en un avión sin escalas... jugar con toda la tecnología para acortar los kilómetros que nos pueden separar, antes que los rostros de quienes tanto queremos se vayan volviendo sombras que luego no reconocemos...

Para mis amigos Fabiola, Vero y Milo con quienes vivo el verdadero valor de una amistad sincera y tolerante.
Ah, y por supuesto: FELIZ DÍA DEL PROFESOR CHIQUILLOS

Y ya que me detuve a pensar y a agradecer por mis amigos, miro el reloj y ya casi son las 12 de la noche y comienza un día nuevo. Miro el calendario y algo me dice que pasa algo hoy. Por suerte no tengo problemas de memoria y lo recuerdo claramente... ¡¡Uy, es el cumpleaños de la Verito!!, ¡¡no se me vaya olvidar llamarla!!. Talvez la sorprenda si publico en mi blog el saludo que no seré capaz de decirle a la cara por ser tan cobarde con los sentimientos.
Hace cuanto que la conozco... mmm, difícil definirlo, tal vez yo estaba en 5º básico, ella en séptimo. La amiga de mi hermana mayor, las veía todos los lunes en los actos cívicos cantanto juntas todo tipo de canciones... y en noviembre era peor: todos los días en toooodos los actos del mes de maría, con cada curso del colegio. Se me iba haciendo familiar su cara, frenillos y pelo largo pero siempre con una cola de caballo. Inconfundible.
Ahora, ¿desde cuando amigas? más difícil definirlo aún. Un día que vino a mi casa para preparar un tema de catequesis y yo estaba con un gran problema... y no sé que me dio por contarselo. Creo que ni ella ni yo sabíamos porque estaba haciendo eso pero talvez era el anticipo de una naciente amistad. Luego un viajecito de casi un mes en el que nos fuimos conociendo más, y muchas tardes de cancionero por medio. Al poco tiempo, en una conversación medio en broma y medio en serio decidimos que entraríamos juntas a estudiar pedagogía básica... hecho que al concretarse fue la perdición si queríamos mantener vidas paralelas.
Verse todos los días de lunes a viernes y los sábados coro. O sea, de los 7 días nos veíamos 6, nos veíamos más que con nuestros hermanos. Y que hacer contra eso, o nos aguantábamos y la pasábamos bien compartiendo o hacíamos vista gorda a tantas cosas comunes que nos unían. Creo que optamos por lo correcto. Días y tardes de estudio, de preparación de trabajos, de risas, de comidas, y como dejar fuera algo tan importante: tardes y días enteros de rica música, de cantos mezclados con risas compartidos con cariño.
Tantas cosas en nuestras vidas que nos fueron uniendo, y que luego de atados los lazos se fueron fortaleciendo con la confianza, el cariño y la aceptación, porque chuatas que somos diferentes. Dos carácteres fuertes que pudieron encontrarse con paciencia...
Y aquí, hoy, agradezco tu vida en tu cumpleaños, porque creo que he tenido mucha suerte al haberte conocido, ya que una amistad como la tuya es razón suficiente para sentirse acompañada siempre y en cada momento que se vive.
Te quiero mucho amiga... y feliz cumpleaños.