Qué fácil resulta disfrutar cuando hay alguien que te tiende una mano. Verano tras verano mi familia es bendecida con gente buena y cercana que sin temores ni egoísmos nos ofrece días de descanso fuera de esta ciudad calurosa. Y cada año podemos así estar frente a grandes olas azules o al lado de grandes robles entre trumao. ¿Descansamos? Muchísimo... y sobre todo podemos estar juntos maravillándonos una y otra vez de las imágnes que nuestra región guarda en ella.
Pero Chile es amplio, y así como en Talca hay paisajes y cariño humano, tenemos la suerte de que en otros lugares existe familia amiga que es abierta, amable y generosa... tal vez porque la misma savia que recorre los árboles maulinos está en sus venas.
Y así, sin más, nos invitaron a conocer su casa, no importando lo numorosos que somos. Bombos y petacas con pasaje a la novena región. Región de Araucanos valientes, de araucarias milenarias, de paisajes entre lagos y volcanes. Copihues rojos en cerros junto a la cuidad, tal como lo cantara el folclor hace ya muchos años.
Días llenos de cariño manifiesto. Cercanía que se agradece y que se estrecha a través de esos almuerzos, onces y repollitos... Eso sin contar las salidas que fueron el mejor regalo que se escondía en esa región verde. Una oportunidad para conocer y maravillarse, para disfrutar y guardar en imágenes, videos o simplemente en la mente.
Qué más se puede decir... sólo gracias, muchas gracias Polo, Gary, Sebas y Catita por todo lo que nos dieron en este breve pero rico viaje a su casa, gracias por ser así: abiertos, generosos y cariñosos. Gracias por aceptarnos a todos, y por habernos regalado cada una de esas ricas comidas, esos inolvidables paseos y esa compañía que no se puede pagar más que con cariño cuando vengan a Talca.
Pero Chile es amplio, y así como en Talca hay paisajes y cariño humano, tenemos la suerte de que en otros lugares existe familia amiga que es abierta, amable y generosa... tal vez porque la misma savia que recorre los árboles maulinos está en sus venas.
Y así, sin más, nos invitaron a conocer su casa, no importando lo numorosos que somos. Bombos y petacas con pasaje a la novena región. Región de Araucanos valientes, de araucarias milenarias, de paisajes entre lagos y volcanes. Copihues rojos en cerros junto a la cuidad, tal como lo cantara el folclor hace ya muchos años.
Días llenos de cariño manifiesto. Cercanía que se agradece y que se estrecha a través de esos almuerzos, onces y repollitos... Eso sin contar las salidas que fueron el mejor regalo que se escondía en esa región verde. Una oportunidad para conocer y maravillarse, para disfrutar y guardar en imágenes, videos o simplemente en la mente.
Qué más se puede decir... sólo gracias, muchas gracias Polo, Gary, Sebas y Catita por todo lo que nos dieron en este breve pero rico viaje a su casa, gracias por ser así: abiertos, generosos y cariñosos. Gracias por aceptarnos a todos, y por habernos regalado cada una de esas ricas comidas, esos inolvidables paseos y esa compañía que no se puede pagar más que con cariño cuando vengan a Talca.