Este ha sido un día difícil. Y como siempre, en estos días las palabras comienzan a fluir como canto puro desde mis manos trémulas a encontrarse con verdades duras que revelen mis verdades más profundamente guardadas.
Y de esta noche helada nace un análisis, aún con el ímpetu del día arduo en lucha interna como consecuencia de aquellas palabras externas que te dejan simplemente en un estado de reflexión que quisieras evitar...
Reflexión Nº1: Motivos para cansarse de la pedagogìa:
- Que tus alumnos no respondan como tú lo pensabas
- Las horas extra de trabajo que te quitan parte de tu vida personal
- El trato con apoderados que se molestan por lo que haces o dejas de hacer
- Las mentiras en las que te ves envuelta por que tus alumnas no son capaces de decir la verdad a sus papás
- Los celos profesionales
- Tener que estar siempre bien aunque te sientas mal
- Tener que ser multiprofesional sin tener otro título que docente
- Fin de semestre
- Buscar la forma de ser justa con todas pero que te resulte todo al revés... o que no te lo valoren
- No tener tiempo para tus amigas
- El tiempo que le quita tu trabajo a tu familia
- El gastar tanta voz por las puras
- Que el colegio en que trabajas sea el primer tema de conversación que se te viene a la mente
Reflexión Nº2: Motivos para querer y reencontrarte con la pedagogía:
- La mirada agradecida de los niños con los que trabajas
- El abrazo genuino de tus alumnos
- La sonrisa cercana y cálida de los niños
- El canto unido que se transmite con cariño
- La satisfacción de ver que puedes ayudar a alguien a que descubra y aprenda algo nuevo
- El ver crecer sueños, esperanzas, proyectos de vida de otros
- El poder acompañar momentos alegres y tristes, y que la simple compañia sea suficiente para hacerles feliz
- Jugar en los recreos a cosas que hacías en tu infancia y que siempre quisiste volver a jugarlos
- Nunca llegar a ser 100% adulta... o mejor dicho, nunca dejar de ser niña
- Creer que en ellos existe un renuevo bueno y lleno de fuerza
- Los dos meses de vacaciones
- La posibilidad de siempre crear algo nuevo
- El saber que se está en un lugar con humanos y no máquinas ni números
Reflexión Nº3: A modo de conclusión...
Hoy ha sido un día difícil. Hoy he tenido un día agotador, de mucho cuestionamiento de mi labor, y de evaluación de desempeño profesional. Hoy he vivido un día que me remece desde la raíz de mi vocación.
Pero al analizar lo bueno y lo malo, y reconociendo que mi escencia de ser es netamente corazón, más que razón, puedo concluir lo siguiente:
- Que a 30 de Junio del 2011, y con 5 años y 3 meses de experiencia profesional, seguiré luchando por mi vocación de pedagoga. Porque aún tengo fuerzas para creer que por sobre todo lo malo hay cosas mejores, y que más allá de lo difícil e ingrato que puede resultar este trabajo, hay otras cosas que no se pagan y levantan el ánimo, como la energía pura y tierna que me entregan mis alumnas.
- Tal vez en muchos años más no tendré la misma visión. Tal vez me sienta más cansada y no sepa encontrar en la mirada de mis alumnas la fuerza para continuar con la esperanza de que ese renuevo dará buenos frutos.
- Cuando eso suceda, cuando ya no me sienta revivir en la sonrisa de mis alumnas, ese día espero tener la fortaleza y la cordura para decir: hasta aquí llegó mi labor en la Educación.
Y de esta noche helada nace un análisis, aún con el ímpetu del día arduo en lucha interna como consecuencia de aquellas palabras externas que te dejan simplemente en un estado de reflexión que quisieras evitar...
Reflexión Nº1: Motivos para cansarse de la pedagogìa:
- Que tus alumnos no respondan como tú lo pensabas
- Las horas extra de trabajo que te quitan parte de tu vida personal
- El trato con apoderados que se molestan por lo que haces o dejas de hacer
- Las mentiras en las que te ves envuelta por que tus alumnas no son capaces de decir la verdad a sus papás
- Los celos profesionales
- Tener que estar siempre bien aunque te sientas mal
- Tener que ser multiprofesional sin tener otro título que docente
- Fin de semestre
- Buscar la forma de ser justa con todas pero que te resulte todo al revés... o que no te lo valoren
- No tener tiempo para tus amigas
- El tiempo que le quita tu trabajo a tu familia
- El gastar tanta voz por las puras
- Que el colegio en que trabajas sea el primer tema de conversación que se te viene a la mente
Reflexión Nº2: Motivos para querer y reencontrarte con la pedagogía:
- La mirada agradecida de los niños con los que trabajas
- El abrazo genuino de tus alumnos
- La sonrisa cercana y cálida de los niños
- El canto unido que se transmite con cariño
- La satisfacción de ver que puedes ayudar a alguien a que descubra y aprenda algo nuevo
- El ver crecer sueños, esperanzas, proyectos de vida de otros
- El poder acompañar momentos alegres y tristes, y que la simple compañia sea suficiente para hacerles feliz
- Jugar en los recreos a cosas que hacías en tu infancia y que siempre quisiste volver a jugarlos
- Nunca llegar a ser 100% adulta... o mejor dicho, nunca dejar de ser niña
- Creer que en ellos existe un renuevo bueno y lleno de fuerza
- Los dos meses de vacaciones
- La posibilidad de siempre crear algo nuevo
- El saber que se está en un lugar con humanos y no máquinas ni números
Reflexión Nº3: A modo de conclusión...
Hoy ha sido un día difícil. Hoy he tenido un día agotador, de mucho cuestionamiento de mi labor, y de evaluación de desempeño profesional. Hoy he vivido un día que me remece desde la raíz de mi vocación.
Pero al analizar lo bueno y lo malo, y reconociendo que mi escencia de ser es netamente corazón, más que razón, puedo concluir lo siguiente:
- Que a 30 de Junio del 2011, y con 5 años y 3 meses de experiencia profesional, seguiré luchando por mi vocación de pedagoga. Porque aún tengo fuerzas para creer que por sobre todo lo malo hay cosas mejores, y que más allá de lo difícil e ingrato que puede resultar este trabajo, hay otras cosas que no se pagan y levantan el ánimo, como la energía pura y tierna que me entregan mis alumnas.
- Tal vez en muchos años más no tendré la misma visión. Tal vez me sienta más cansada y no sepa encontrar en la mirada de mis alumnas la fuerza para continuar con la esperanza de que ese renuevo dará buenos frutos.
- Cuando eso suceda, cuando ya no me sienta revivir en la sonrisa de mis alumnas, ese día espero tener la fortaleza y la cordura para decir: hasta aquí llegó mi labor en la Educación.
1 comentario:
vero dice: me gusta
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