jueves, septiembre 26, 2013

Cantares compartidos entre voces blancas



Hoy durante la tarde me dediqué por muchos minutos a recordar a través de algunos vídeos que hace mucho no disfrutaba. La verdad es que habitualmente no miro vídeos de mi trabajo, pero hoy en el descanso obligado me di un ratito para ello. Y surgieron de mi muchas emociones, recuerdos, pensamientos y proyecciones también.
 ¿Cuánto tiempo que tienes ese coro? fue la pregunta de una amiga de la familia. Y al pensar para responder me quedé un poco impresionada al darme cuenta que son casi 8 años en donde he ido  armando un grupo que canta bajo la dirección de mis manos. Una dirección para muchos, incluso para mi, muy precaria, sin grandes conocimientos, sin los parámetros de una buena dirección, con muchas fallas y siempre con tantísimo que mejorar.


Pero son ocho años de un trabajo mío. Absolutamente mío del cual pese a todas sus deficiencias, me siento tremendamente orgullosa y feliz. Porque hoy pensaba que tras la imperfección de mi trabajo, hay vidas de muchas niñas que han ido pasando por este grupo al o largo del tiempo. Vidas que han cantado, que han tenido la posibilidad de al menos una vez sentir la sensación de ser valiosa en un conjunto, y sentir el aplauso de alguien que ha disfrutado de su arte.


Miraba videos y veía rostros de niñas, adolescentes. Rostros felices, entregados a lo que decían esas letras, cargados de expresión, atentas a lo que yo les pedía. Videos donde la reciprocidad entre ellas y mis manos eran casi mágicas... en algún momento me sorprendí de ver mi trabajo que pese a no ser de lo mejor, supera las expectativas que he tenido de mi. Y tal vez porque lo que se ha mostrado no es solo fruto de mi trabajo, sino un poco de suerte al haber encontrado a niñas tan dispuestas a hacer música desde el alma.



Y en los recuerdos con músicas de fondo, se comenzaban a agolpar otros rostros de niñas de otros años... de hace ocho, siete, seis... cuatro años atrás. Y es gratificante pensar que muchas de ellas incorporaron a sus vidas la música. Así como yo la incorporé definitivamente en mi época adolescente gracias a mis maestros del colegio. Profesores que hasta hoy quiero porque me abrieron el alma a algo tan íntimo y al mismo tiempo tan masivo como es el canto, el sentir como la expresión puede lograrse tan bien a través de una melodía. Y de cantos grupales, sueños comunes, recuerdos cargados tan fuertemente del aspecto emocional. 


Cuánto marca la música. Cuán importante en la vida de tantos. Y eso me hace feliz, sentir que pese a lo poco que puedo entregar, a lo poco que se de música he podido abrir al menos el camino para que niñas talentosas y sensibles a este arte puedan aprender, superarse, aprender mucho más de lo que yo puedo entregarles en otras partes. Simplemente, ver como caminan solitas una vez que han descubierto lo mágico de cantar.

Veía el video de ese día que con mucho esfuerzo de las niñas y de los apoderados, y con menos apoyo del que habría esperado de otras esferas, nombraron a mi coro como ganador de su categoría en un escenario único: el teatro Municipal de Santiago. Y confieso que no había visto ese video, donde estaba todo el coro saltando, abrazadas, felices, riendo y cantando luego tomadas de las manos... ¿recordarán cuando grandes ese momento? Lo que es yo, nunca podré borrarlo de mi. Insisto, creo que sin merecerlo tal vez, con todas las imperfecciones de la presentación, ahí estábamos, recibiendo un premio que de lo que no puedo dudar, es que fue trabajado, con sacrificio y con mucha dedicación y cariño por parte de todos los que estábamos ese día ahí.

Que emocionante tantos recuerdos ligados a este coro que he visto nacer, crecer, luchar, y que siempre me levanta al momento de presentarse. 

Lo único que yo pretendo a través de él es abrir la puerta del canto compartido y todo lo que puede vivirse en él. Espero haberlo logrado. Espero seguir dando esa posibilidad. Así como alguna vez a mi me dieron ese regalo. 
Porque simplemente el canto es un regalo al alma, algo tan especial que no puedo dejar de compartirlo.








¡¡Gracias a todas las niñas que han querido compartir en algún momento sus voces junto a mi!!

3 comentarios:

Unknown dijo...

que lindo madrina me emociono en verdad muchos recuerdos bonitos del coro vinieron a mi mente ;33 .....en el coro siempre hemos podido encontrar mas que solo una canción, terminamos siendo una familia que se apoya, se esfuerza, se acompaña y que por sobre todo junto a usted lucha por lograr grandes cosas c: siga compartiendo sus conocimientos con muchas niñas mas porque estoy segura que como a mi a mi seguirá alegrando sus corazones <3

Camila Daniela dijo...

Aprender a amar la música desde el corazón, aprender que podíamos hacer grandes cosas con animo y disciplina... Volar con nuestro canto, soñar y reír como niñas que eramos... Experiencias de vida que se llevan guardadas en el corazón... Como dijo la cony, más que compañeras eramos amigas y hermanas... Esperar que algún día los cantos de todas las que pasamos por sus manos se vuelvan a unir en una melodía para rememorar viejos tiempos.

Carla dijo...

Muy lindas tus palabras y la verdad es que concuerdo contigo,la música si que nos marca y nos llena de recuerdos! yo también participé en conjuntos folcloricos y coros desde pequeña y son momentos que nunca se olvidan,dejan una huella importante y recuerdos maravillosos.Lamentablemente,no he podido ir a tus presentaciones en vivo,pero para mi fortuna existe youtube y los registros audiovisuales y ahora me deleité escuchando a niñas tan llenas de talento y magia! algún día podré estar ahí acompañandote...eres genial! cariños, atte. tu cuñis!

Aquí encontrarán parte de mi historia, parte de lo que soy, algo de lo que vivo día a día...