
Creo que nunca podré agradecer el que me quieran y me acepten así como me conocen...
Miro mi cuerpo lento y tantas veces torpe...
torpe para caminar, para hablar, para expresar.
Los ojos caídos por penas tontas
un momento al atardecer sola frente a este traje.
Como milagro corren colores diversos
chispas de cariños entre lo oscuro.
Llegan y aceptan mi gris manta
más de lo que mi mente pudiese entender
recojen mis valles y ríos de historias
mundo de luces en este cantar.
Y sus trajes son arcoiris
entre sus luces, entre mis sombras...
un regalo que vive en cada color
que mis manos trémulas aceptan con miedo...
miedo de palpar su traje ajado y mal visto
o ser eterna sombra de otras pisadas.
Sus colores son destellos de vida
que mis manos buscan a ciegas.
Destello rojo buscando la vida
locura desbordante, sentir la alegría...
Destello naranjo cantando cariños
que luchan la risa con dolores vividos...
Destello verde palpando esperanza
vivir entregando, manos sin pausa...
Destello azul acompañando caminos
luz permanente, lecturas silentes...
Destello amarillo descubriendo un amanecer
inocencia y ternura repartida en sonrisas...
Destello violeta pintando en silencio
paciencia de hogar con delicados aromas...
Destello índigo abrazando realidades
escuchando en la noche los gritos sombríos...
Mi vida en grises recibe sus destellos
que inundan mis pasos pisando cementos
me sacan el traje cansado de polvo y cenizas
cierran solitarios días que en silencio pesaban,
me entregan sus manos acuarelas
y visten mi cuerpo arcoirirs naciendo.