Esto es lo que me hace vivir...

Durante estos años que Dios me ha dado de vida, he incursionado en muchas actividades, variadas y de ámbitos diversos: pastorales, gimnasia, teatro, globología... pero hay algo que desde que recuerdo lo hago y nunca he dejado de hacerlo, algo que necesito día a día: CANTAR. No sé si hay otra cosa que me hace sentir todo lo que provoca en mí la música: es mi aliento, es mi fuerza, es mi anhelo, mi descanso, mi alegría, mi objetivo... mi proyección.

De un modo u otro siempre he cantado y creo que debo agradecer que siempre he estado rodeada de un rico ambiente lleno de música. En mi casa descubrí de pequeña el canto tradicional, nuestras raíces, el canto como un juego y expresión, como una sabiduría propia... En el colegio fui abriendo puertas con la música, mis amigas que hasta hoy me acompañan son porque la música se encargó de juntarnos para compartir unos acordes al compás de una guitarra, además ahí fui definiendo mi persona y entendí que esas notas siempre marcarían todo lo que hiciese.

Hoy uno de los espacios que más me hace feliz es el coro, allí encuentro alegría y descanso, puedo ser yo, me encuentro con todos mis sentidos, vibro con cada sonido de esas quenas cristalinas, con esas guitarras fuertes, de esas cuerdas que llenan el espacio... y cantando siento que soy feliz.

Mi vida es cantar, es EXPRESAR a través de la música, transmito, vibro, sueño... Y ahora he descubierto algo aún más lindo, el proyectar esa música a otra gente, una gente muy especial: los niños... ese es mi norte: enseñar no música, porque no sé nada como para enseñar, pero si enseñar el gusto de vivir en la música, de expresarse y ser feliz a través de ella...