Abrí los ojos aquel día en que nací y tras el disgusto de sentirme incómoda en un ambiente hostil, frío, y el esfuerzo para poder respirar con mis propios pulmones la vi por primera vez el rostro de esa mujer a la que tantas veces oí hablarme mientras estaba dentro de ella... sus brazos me acunaron y ahí comenzó mi historia de tu mano.
Su voz era esos primeros días lo que calmaba mis penas, sus brazos que me abrazaban era lo que quería para dormir...
Escuchaba cantos, soñaba cuentos, me nutría de sus aguas, dormía bajo sus ojos y mis ojos buscaban la vida en ella. Aún a su lado, mis piernas torpes no daban un solo paso, que importaba si sabía que antes de cada caída unas manos me estrechaban...
Entre sueños al abrir los ojos ellos captaban esta imagen de mujer que con su mirada calmaba mis miedos como si fuese una melodía suave... ¿recuerdas cuando me mecías y me hacías dormir?...
¿Cuándo comenzamos a amar? Intento recordar cuando era chica y creo que yo ya amaba tantas cosas... cómo llegamos a sentir amor cuando aún ni conocemos esa palabra, cuando ni sabíamos leer y ya lo escribíamos en tarjetas... Sólo amamos cuando nos sentimos amados, y si hoy logro tener este sentimiento es gracias a ti mamá, porque desde que nací y antes tú ya me amabas. Ahora me toca a mi decirte cuanto te amo.
De la mano al colegio, con cariño apoyabas en las tareas, con paciencia te hacías tiempo para ir a las actuaciones en el colegio... simple compañía que era y lo es todo. Imagina cuando tenía 6 años y estabas sentada en el público... soy yo la misma... escucha, hoy también canto para tí.
Deja que hoy me siente en tus piernas de nuevo y hazme cariño hasta que el sol se haya ido. Y mientras volamos a un mundo perfecto cierra los ojos y dejemos que la música nazca en el abrazo que sólo quiero de ti hoy.
Pasaron los años rápidamente y el derecho de pensar diferente por momentos nos alejaba. Cuantas veces de mi boca salieron palabras duras que sentí pero que no siempre quise decir. La confusión me cegaba y un amor confundido provocó penas... el conflicto más grande era saber que pensábamos distinto pero no podía dejar de amarte tanto...
Hoy aquí sólo se que tus manos son esfuerzo y cariño, y que estar aquí es gracias a ti, gracias a tu opción permanente por la vida. Hoy solo tengo palabras de agradecimiento verdadero y legítimo hacia ti... te amo mucho, te necesito siempre. FELIZ DIA MAMI...
Hasta hace un año al sentir que venían estos días, me inquietaba el hecho de que quería ver mucha gente celebrando junta. Pero como muchas cosas han cambiado estos úlitmos meses, lentamente mi forma de pensar también lo ha hecho, y al sentir este aire de septiembre visualizaba otras imágenes: presentaciones diversas con lo que se ha vuelto mi mundo feliz (el trabajo con las niñas del colegio), juntarme a cantar, reír y jugar con la gente que quiero del coro, pero por sobre todo estar y compartir cantos de esos que la tierra nos ha regalado con las personas que más importantes para mi: mi familia entendida como el núcleo con los que vivo. Sin penas ni pensamientos por los que ya no están cerca, sólo disfrutar con ellos y hacer que para cada uno fuese unos días alegres, que no se necesita nada más para hacer de estas fechas algo especial. Personalemente siento que lo único que extrañé este año fue los cantos con la voz de la que estando lejos igual bailó la cueca... sólo por ella un poco la pena de no tenerla más cerca. Pero nunca un año es igual que otro, y creo que lo aprendido estos días es lo que más me deja para decir con toda certeza y verdad:
